Somos una familia… y juntos tenemos un propósito

 

Cuando compartimos y contamos las historias con los miembros de una familia, donde sea y cuando sea, siempre es una experiencia que nos “encuentra”, que nos hace sentir “en casa”. Todo el día ha sido un verdadero encuentro para la Familia Arnoldina. Vinieron para narrar sus historias desde diferentes partes del mundo, – Padre Heinz Kulüke (Superior General SVD), Madre María Elisabeth Klein (Superiora General de las SSpSAP), la Sra. Myrna Trabajo-Pagsuberon (laica asociada de Filipinas) y la Sra.Adriana Vilaça Gonçalves Santiago Campos (laica asociada de Brasil).

Compartiendo sus historias:

Padre Heinz:

No son solamente los pobres los que necesitan de la Iglesia… La Iglesia y las congregaciones religiosas necesitan de los pobres para encontrar un nuevo sentido y para volver a estar vivos. Sirviendo a los que están en las márgenes, definitivamente recibimos más de lo que damos… Una vida al servicio de Dios no puede ser separada del servicio a la gente, especialmente a los que El más quería… Todo esto por su causa… recibiendo a cambio, su bendición… siendo enviados, haciendo de “su misión nuestra misión”…

 

M. María Elisabeth:

La Familia Arnoldina fue, es y siempre será para nosotras una fuente de energía, estímulo, inspiración y entusiasmo para la misión, y es fuente de alegría para nuestra vida cotidiana.
Nuestros Hermanos del Verbo Divino y nuestras Hermanas Misioneras, con su misión están tan presentes en nuestra vida cotidiana que no podemos imaginar nuestra existencia como Siervas del Espíritu Santo de la Adoración Perpetua sin considerar la unión profunda y vital entre nosotros… Ustedes son la razón de la existencia de nuestra Congregación y de todo nuestro apostolado.

 

Sra. Myrna:

Infundida y renovada por el Espíritu, la asociación de los laicos con las hermanas se ha hecho más evidente y se ha fortalecido al compartir Buenas Nuevas… La paz que viene de responder al llamado de Dios, el amor que fluye de su Amor y la fuerza que se derrama en nuestro compromiso renovado y el trabajo en conjunto, nos sostiene… En nuestro compromiso con la vida… ¡nosotros vamos con alegría allí donde el Espíritu nos envía!

 

Sra. Adriana:

Cuando nosotros actuamos de acuerdo a nuestra conciencia, sin pensar en una ganancia personal o sin buscar un interés político, nos convertimos en miembros dóciles guiados por el Espíritu Santo de Dios… Nosotros continuamos el trabajo de San Arnoldo y de la Madre Josefa, su sueño hecho realidad. Como aprendí, yo tengo la convicción de que nuestra victoria es cierta si nos unimos en un propósito común.

 

 

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