DĆa 5 – Novena de Navidad
O Llave de David abre las puertas del Reino eterno de Dios: ”Ven y libera a los prisioneros que estÔn en tinieblas!
Dios, Padre amoroso de toda la humanidad, a lo largo de la historia te has revelado como Aquel que estĆ” con nosotros. Le dijiste a MoisĆ©s que habĆas visto cómo se trataba a tu pueblo en Egipto, que los oĆste gritar para ser rescatados de la esclavitud, que conoces sobre sus sufrimientos y deseas conducirlos hacia la libertad.
Tú has enviado a tu Hijo, Jesús, cuya venida en nuestras vidas esperamos de nuevo cada año, como quien anuncia la liberación a los cautivos y la libertad a los que estÔn encarcelados.
Has enviado tu EspĆritu en quien gozamos de la libertad de ser tus hijos y por medio de quien incluso la creación es liberada de su esclavitud para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
EstÔs siempre con nosotros y hoy nos pides que estemos en comunión amorosa con todos los que estÔn privados de su libertad, justa o injustamente. Nosotros, quienes muchas veces nos sentimos presos dentro de nosotros mismas y las muchas influencias que quitan nuestra libertad, queremos solidarizarnos con todos, suplicando:
āMaranata! Ven, SeƱor, a liberarnos!
UNA HISTORIA
TomĆ”s, un joven de Singapur, estaba entre los 16 prisioneros con VIH-SIDA a quienes visitamos cada dos semanas. Por haber introducido ilegalmente drogas a TaiwĆ”n, con el fin de obtener dinero para su tratamiento mĆ©dico, fue condenado a muerte. Estaba muy enfermo, encerrado y nos resultaba difĆcil para acercarnos a Ć©l.
Yo sabĆa que no serĆa fĆ”cil encontrar confianza en ese grupo. Pero el dĆa en que cumplĆ 70 aƱos se convirtió en una ocasión para abrir los corazones. Me permitieron llevar dos deliciosas tortas para celebrar juntos con ellos. El personal penitenciario estaba asustado y me dijo: «¿Cómo puedes comer con ellos y darles la mano?Ā»
Pero los prisioneros sintiéndose aceptados y respetados se abrieron. Mi deseo era que ellos pudieran experimentar, a través del amor y el cuidado humano, que mÔs allÔ  de la adicción a las drogas, la enfermedad o el crimen, son amados por Dios y preciosos a sus ojos.
Lentamente las cosas tambiĆ©n cambiaron para TomĆ”s. Su sentencia de muerte fue cambiada a cadena perpetua. Ćl estĆ” siendo atendido mĆ©dicamente, puede sonreĆr de nuevo y sabe que es aceptado. El grupo va cambiando pero TomĆ”s permanece allĆ, incluso canta y sueƱa con ser liberado algĆŗn dĆa. Espero que un dĆa, Ć©l pueda confiar plenamente su vida en las manos de Dios.
ORACIĆN
Emanuel, Dios con nosotros, te presentamos a todos quienes estÔn presos de una u otra manera;  Haz que puedan experimentar tu amor a través del cuidado y respeto humano que reciben,
Que asuman la responsabilidad de las heridas que han causado y encuentren la sanación de las heridas que sufrieron,
Que encuentren apoyo en los amigos que no los abandonan y experimenten la reconciliación en las relaciones rotas,
Que ellos y nosotros encontremos en ti la fuerza para ser liberados de todo lo que nos ata,
Padre de la Misericordia, solo tĆŗ conoces los secretos de todos los corazones. Sabes quiĆ©n es justo y perdonas a los injustos. TĆŗ solo eres el Juez Todopoderoso. No somos dignos de juzgar a nadie. Tu misericordia es suficiente para los pecadores. Escucha nuestras oraciones por los que estĆ”n en prisión. Dales arrepentimiento y haz que crean en ti. Dales paciencia y esperanza en sus sufrimientos, y haz que puedan regresar a sus casas. Conforta a sus seres cercanos y queridos. Que confĆen en Jesucristo y vivan con esperanza. AmĆ©n.
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